ANTECEDENTES
Desde antiguo existieron
procedimientos capaces de llevar a las personas hacia estados de conciencia
excepcionales en los que se yuxtaponía la mayor amplitud e inspiración
mental con el entorpecimiento de las
facultades habituales. Aquellos estados alterados presentaron similitudes con
el sueño, la embriaguez, algunas intoxicaciones y la demencia. Frecuentemente,
la producción de tales anomalías fué asociada con “entidades” personales o
animales, o bien con “fuerzas” naturales que se manifestaban, precisamente, en
esos paisajes mentales especiales. A
medida que se comenzó a comprender la importancia de aquellos fenómenos se
fueron depurando explicaciones y técnicas con la intención de dar dirección a
procesos que, en principio, estaban fuera de control. Ya en épocas históricas,
en las distintas culturas (y con frecuencia a la sombra de las religiones), se
desarrollaron escuelas místicas que fueron ensayando sus vías de acceso hacia
lo Profundo. Todavía hoy en la cultura material, en los mitos, leyendas y
producciones literarias, se pueden apreciar fragmentos de concepciones y
prácticas grupales e individuales muy avanzadas para las épocas en que esas
gentes vivieron.
LAS DISCIPLINAS
Las vías que hoy conocemos
se apoyan en los descubrimientos que realizaron diferentes pueblos en un lapso
no mayor a los cinco mil años. Es tal la diversidad de fuentes fragmentarias
que no se puede pretender abarcar todo el conocimiento y la práctica de acceso
a lo Profundo. Nuestras Cuatro Disciplinas trabajan con la manipulación de
objetos materiales externos (D. Material), con la energía psicofísica (D.
Energética), con los objetos mentales (D. Mental) y con las formas mentales (D.
Morfológica). Queda claro que esas
disciplinas no agotan otras posibles vías.
La Disciplina Material
se basa en los trabajos de taoistas y budistas chinos, así como de babilonios,
alejandrinos, bizantinos, árabes y occidentales. A ese conjunto de trabajos en
su contínua transformación y deformación se lo conoció con el nombre de
“Alquimia”. Hacia fines del S. XVIII, la Alquimia había declinado
irremediablemente, pasando muchos de sus descubrimientos, procedimientos e
instrumental, a manos de la Química naciente.
La Disciplina Energética
busca sus raíces en el Asia Menor desde donde el orfismo y el dionisismo se
propagaron hacia Creta y Grecia sufriendo importantes modificaciones hasta que
fueron abolidos por el Cristianismo triunfante. También en algunas líneas
shivaítas y del tantrismo, se pueden rescatar fragmentos de una experiencia
extraordinariamente rica.
La Disciplina Mental
encuentra en el budismo su mayor fuente de conocimiento. Para favorecer las
distinciones entre actos y objetos mentales apela al lenguaje riguroso de
alguna corriente filosófica contemporánea.
La Disciplina
Morfológica reconoce antecedentes significativos en algunas corrientes de
pensamiento pre-ático que florecieron bajo las influencia “orientales” de
Egipto, Asia Menor y Mesopotamia, tal el caso de la escuela pitagórica.
Las Disciplinas trabajan
con rutinas que se repiten en cada momento de proceso (paso), hasta que el
operador obtiene el registro indicado. Todo el proceso está convencionalmente
organizado en doce pasos separados en tres cuaternas. Así como cada paso tiene
una designación que aproxima a la idea del registro buscado, cada cuaterna
señala un significativo cambio de etapa.
Las disciplinas llevan
al operador en la dirección de los espacios profundos. Concluído el proceso disciplinario se está en
condiciones de organizar una Ascesis despegada de pasos, cuaternas y rutinas.
DISCIPLINA MATERIAL
Esta es una Disciplina que trabaja con un sistema mental de
fuerte alegorización y asociación. El “cuerpo”
que va sufriendo un proceso de transformación es la representación del
operador. Por lo anterior, no basta realizar operaciones con materiales, es
necesario que el operador “resuene” con ellos en un argumento de
transformación. Se trata de la dirección de un proceso en el que el
operador va cumpliendo pasos de los cuales debe tener
registros precisos (indicadores).
Pasos en la Disciplina Material.
Las grandes etapas del proceso pueden resumirse como en la
estructura de varios mitos universales: nacimiento y vida -
muerte y obscuridad -
resurrección y ascenso. La materia
utilizada va sufriendo todos los cambios que proponen los pasos de la
disciplina al tiempo que el operador registra las concomitancias alegóricas del
caso. La materia prima inicial, el
cinabrio (un compuesto de azufre y mercurio), irá transformándose a lo largo de
toda la disciplina.
Primera cuaterna: el nacimiento y la vida.
1º.-
Depuración. Se trata de la purificación
de dos substancias. Al mercurio se lo filtra con una gamuza o cuero fino hasta
que quede limpio de impurezas. Al azufre se lo lava con agua tibia reiteradas
veces hasta que algunas impurezas precipitan y otras sobrenadan pudiendo
retirarse el azufre limpio. Finalmente, se mixtionan las substancias
purificadas en proporción 1:3, obteniéndose un cuerpo negro pizarra con brillos
metálicos.
2º.-
Crecimiento. Ácido clorhídrico en 2
partes de agua pura. Se introduce el cuerpo en un balón de vidrio y se lo cubre
con la dilución. En la trampa y el recipiente con agua pura, se registran
escasas burbujas. Se inicia el proceso aplicando una suave llama que va
aumentando gradualmentre hasta que aparece el indicador de las burbujas. El
ritmo de salida de las burbujas debe ser lo más parejo posible, en todo caso
debe aumentar y no disminuir. Se incrementa la llama hasta que aparecen en el
balón las trazas de colores. En este
punto se mantiene la temperatura y el paso termina cuando aparecen las
agrupaciones rojas brillantes.
3º.-
Separación. Con la aparición de las agrupaciones rojas se
disminuye gradualmente el fuego hasta el enfriamiento del balón. Se procede al
desprendimiento mecánico de los costrones bajo los cuales aparece una
substancia roja que contrasta con la substancia negra calcinada. Se disuelve la
sustancia negra en la dilución ácida caliente a menor temperatura que
ebullición girando siempre en la misma dirección hasta obtener un cuerpo rojo
que será secado por evaporación. Esto admite reiterados lavados con agua pura
hasta que no queden rastros de acidez.
4º.- Repeticion. Mixtión
perfecta del cuerpo rojo con el mercurio purificado 3:1. División en tres
grupos. Introducción del primer grupo en el balón y aumento gradual del fuego
hasta obtener el espejado, este aparece con más nitidez en el cuello. Se
observan nuevamente las burbujas para controlar el fuego. Los indicadores
deberán ser cuidadosamente verificados ya que el espejado se produce entre la
temperatura de fusión del estaño y el plomo. Esta franja de temperatura se debe tratar de mantener sin que se produzca la
fusión del plomo. Entonces: obtenido el espejado por mixtión y sublimación del
primer grupo (1R o Primera Repetición), se desprende mecanicamente el material
que finamente pulverizado se mixtiona con el segundo grupo (2R) y se vuelve a
espejar completando el procedimiento anterior para terminar en la mixtión con
el tercer grupo (3R). Pueden producirse en este paso movimientos cenicientos
blancos adentro del balón que sirven de indicadores de conclusión de esta
etapa. Finalmente, por desprendimiento, pulverización y lavado se va obteniendo
un cuerpo rojo de mayor fujeza que el obtenido en el paso 3. La mayor fijeza de
este cuerpo se constata por la prueba de fuego al colocar una pizca del cuerpo
sobre una plancha de vidrio que se flamea en repetidas oportunidades sin que se
observe alteración en su coloración. También se prueba la fijeza de este cuerpo
aplicándole los tres ácidos: clorhídrico, sulfúrico y nítrico. En caso de reaccionar
con algún ácido indicará errores previos en el proceso. De no haber reacción se
continúa. El cuerpo rojo fijo obtenido tiene la coloración de la semilla de
granada madura, más intensa en su coloración que en el cuerpo rojo no fijo del
paso 3º.
Segunda cuaterna: la muerte y la obscuridad.
5º.-
Fermentación. Se mixtiona el cuerpo rojo fijo con plomo
fino (polvo de plomo), éste posteriormente debe cubrir la mezcla. Se baña todo
en ácido sulfúrico y llevando la temperatura a tibieza de piel. Comienza la
fermentación y aparecen las burbujas indicadoras. Posteriormente, se aumenta el
fuego hasta producir una reacción violenta. Disminución del fuego y
enfriamiento. Se agrega agua pura a la substancia revolviendo y dejando
precipìtar. Se extrae el agua ácida. Esto se repite varias veces hasta que se
elimina toda acidez. Secados y calcinación mediante fuego hasta obtener el
cuerpo como polvo gris blanco.
6º.-
Circulación Se prepara la solución sulfonítrica (1 de
ácido sulfúrico por 2 de ácido nítrico). Calentamiento y vaporización de la
sustancia en ciclo cerrado, es decir, se recuperan los vapores para hacerlos
pasar por la sustancia nuevamente. Aquí el aparato usado, conocido desde
antiguo como “cisne”, es fabricado por el operador en base a cerámica blanca
posteriormente esmaltada. El proceso termina cuando toda el cuerpo es atacado y
queda reducido a pasta gris obscura.
7º.-
Lavado. Lavados iguales a
los del 5º paso; vaporizaciones con agua y secado con calor. El proceso se
repite varias veces hasta obtener un cuerpo polvoriento gris muy fino.
8º.-
Aglutinación. Se mixtiona el cuerpo con antimonio, cobre y
hierro. La cantidad de polvo gris blanco debe ser mayor que la cantidad de
materiales (juntos). Debe hacerse un ordenamiento por cantidades de mayor a menor. Así, si se asignaran valores, éstos serían: cuerpo 7, antimonio 3, cobre 2, hierro 1. Se
coloca la mixtión dentro del crisol y se somete a 1500º (a esta temperatura el
crisol y la mixtión se ponen al “rojo blanco”). Se reconoce a la substancia
completamente fijada cuando no es atacada por el fuego. Se mantiene el fuego
hasta que todos los elementos intervinientes se funden homogeneamente. Al
enfriar y separar las escorias aparecen la vetas de los distintos materiales
como si se tratara de una montaña en miniatura. Se introduce el cuerpo en
solución sulfonitrica: 1 de ácido sulfúrico por 2 de ácido nítrico, calentado
muy suavemente. Se va aumentando la temperatura hasta producirse la reacción
violenta y la aparición de colores en sucesión: verde, azul, amarillo, rojo y
blanco en vapores y en decantados líquidos. La pasta húmeda verdosa en que termina el cuerpo muestra los signos de la
muerte. Se mantiene la temperatura hasta que el cuerpo calcinado queda
convertida en un polvo grisáceo ceniciento, en él aparecen unos brillantes y
diminutos cristales.
Tercera cuaterna: la resurrección y
el ascenso.
9º.- Vivificación. Lavados con agua densa. Esta se obtiene
destilando agua hasta quedarse con el 1/10.000 del volumen que se recoge, reuniendo
la cantidad deseada. Lavados como en el 5º paso. Secado y fragancia del cuerpo.
10º.- Purificación. Se cubre
el cuerpo con plata pura y se agrega ácido nítrico (la temperatura debe estar
más baja que el punto de ebullición del agua). Luego se eleva lentamente la
temperatura hasta que el cuerpo comienza a tomar una coloración gris verde.
11º.- Conversión. Se agrega antimonio puro y se sube la temperatura hasta que el cuerpo
funde con el antimonio. Se producen destellos significativos. Cambio de cualidad
del cuerpo.
12º.-
Multiplicación. El balón ha quedado teñido de color dorado.
Moliendo el balón hasta obtener un polvo de vidrio muy fino se está en
presencia de un cuerpo capaz de teñir en presencia del calor, en una proporción
1/10.000.
Nos basaremos en dos
principios energéticos: 1.- Si no se
cuenta con energía difundida no se puede disponer de ella. Si hay energía
concentrada, primero habrá que difundirla y luego requerirla desde distintos
puntos del cuerpo. 2.- Para poder trabajar en esta disciplina se debe adiestrar
la aptitud de sentir internamente las cargas psicofisicas utilizando los plexos
nerviosos para verificar la produccion y pasaje de la energía, plexo por plexo.
Pasos en la Disciplin Energética.
Primera cuaterna:
creación energética.
1º.- Preparación. Se crea un ámbito mental adecuado al ubicarse en
una “campana” de aislamiento de los condicionamientos externos.
2º.-
Acumulación. Se eleva la
tension lenta y moderadamente apelando a la contracción muscular en torno al
plexo vegetativo- sexual.
3º.-
Desconexión. Por una
parte de la fuente física del estímulo, por la otra de percepciones e imágenes
estimulantes. Se comienza por dividir las imágenes estimulantes de las
sensaciones quedándose unicamente con las últimas localizadas en el punto. La
imagen estímulo ha desaparecido y se retiene solamente la imagen- apoyo que refuerza la sensación.
4º.- Ascenso . Se van elevando las sensaciones plexo por plexo, encontrando
obstáculos que deben disolverse hasta llegar a la cúspide y obtener en ella la
“luz”. Solamente con el perfeccionamiento de la práctica se pueden empezar a
reconocer las diferencias entre los plexos. Terminada esta cuaterna, lo que fue
la rutina de repetición de cada paso, se convierte en repetición de la cuaterna
sin solución de continuidad.
Segunda cuaterna:
consolidación energética.
5º.- Evanescencia. Las sensaciones se transforman en destellos o
pierden naturalmente fuerza hasta diluírse. Activación en la cúspide hasta
evanescer el proceso.
6º.- Recuperación. Se
producen caídas de tensión y se vuelve al plexo productor recuperando todo tipo
de sensaciones (sin nuevos estímulos en dicho plexo).
7º.- Fijación. Se produce nueva caída de sensación y se trata de mantener en la
cúspide un tono de tensión independiente de las imágenes. Son sensaciones puras
sin imágenes, o más precisamente, imágenes cenestésicas y/o kinestésicas sin
imágenes de sentidos externos.
8º.- Concentración. Se recupera desde el plexo productor todas las
sensaciones del cuerpo (experimentación del "mundo" a través del
plexo productor y se van desplazando las sensaciones hacia “arriba”).
Observaciones sobre los pasos 7º y 8º.
Se ha avanzado desde el paso 7º (manteniendo las sensaciones
en la cúspide el tiempo que parezca oportuno), al 8º en el que ya se marca el
momento de “bajar” al plexo productor investigando las distintas opciones
sensoriales: tal vez se pueda contar con sonidos; con sensaciones táctiles que
pueden ir cambiando; con sensaciones odoríficas; con sensaciones visuales que
puedan impactar en el plexo productor. Es importante que las distintas
sensaciones que se usen logren movilizar el plexo productor transformaándolas
en representaciones (en energía que se utilizará para subir por los plexos).
Las fuentes generadoras de sensaciones son muy variables, muy personales, y
todo está sometido a la experimentación en este campo, por otra parte eso
ayudará a entender el mecanismo de las traducciones y el mecanismo de las traducciones
de sensaciones a energía psicofísica.
Importa
registrar el sucesivo impacto de los distintos sentidos, comprobando como
"pegan", como se traducen en el plexo productor y cuando parezca que
esas sensaciones se han traducido suficientemente, se comienza a llevar ese
“conjunto de sensaciones” (ya sin precisiones ni distinciones entre los
distintos sentidos) como energía total que irá ascendiendo hacia la cúspide y allí quedará esa carga suponiéndose que con el
paso de las horas se irá redistribuyendo en todo el organismo y quedará todo
equilibrado y sin tensiones ni sobrecargas. El trabajo de la segunda cuaterna es de
sensibilización energética, así como la primera cuaterna fué un trabajo de
producción y dirección energética y la tercera cuaterna será el trabajo de la
transformación energética.
Tercera cuaterna:
disposición energética.
9º.- Segunda acumulación. División entre sensación en la cúspide y tensión
en el plexo productor, en creciente división atencional.
10º.- Separación de las sensaciones puras. Se suelta abajo y quedan sensaciones puras en la
cúspide. Eliminación de toda imagen en la cúspide que impida la acumulación energética. Nuevos destellos y
luz.
11º.- Transformación energética. Se registra un cambio en la energía general del organismo
y se observa el cambio de "tono" mental. Fenómenos propios de la
Fuerza. Concomitancias en todos los plexos. Control y circulación de la luz.
12º.- Proyección energética. Posibilidad de
introyectar o externalizar la energía psicofísica.
Observaciones sobre los pasos 11º y
12º.
Cuando se empiezan a
observar en la rutina diaria los fenómenos de circulación de la Luz, de la
Fuerza y de las concomitancias en todos los plexos, se está en condiciones de
potenciar la energía. Para ello se practica la rutina desde la creación del
ámbito, e inmediatamente se desarrolla la carga en el plexo productor mientras
la energía sube hasta la cúspide. Comienza el paso 9º en el que se suelta la
referencia al plexo productor y toda la atención va al espacio ubicado en la
cúspide que se ha ido constituyendo en “punto de control”. Se está en
condiciones de producir la Separación aumentando la carga hasta el límite y, de
ese modo, se va ampliando el umbral de tolerancia. Allí comienza la
transformación energética del paso 11º.
Con la atención concentrada en el punto de control, el crecimiento de la
tensión debe producir allí la “ruptura de nivel”. Así es que la proyección
energética del paso 12º se expresará desde el punto de control en el momento de
la ruptura de nivel. Esto es posible porque se ha trabajado el Propósito de
externalizar o introyectar la energía antes de comenzar la rutina. El fenómeno
se expresará en el momento de “ruptura
de nivel” Es claro que el Propósito, fuertemente configurado, orientará el desplazamiento
energético no desde el centro atencional (ocupado en el punto de control), sino
copresentemente.
La introyección se suele verificar en máxima lucidez,
mientras que la externalización participa de algunas características de los
estados alterados de conciencia.
El trabajo
metódico en la Disciplina Energética.
A.- Se depuran las tensiones, los tonos y los climas
orientando el trabajo hacia la difusión.
B.- Se crea el ámbito
mental. Preparación, paso 1º.
C.- Apelando a las 3
vías, crece la elevación del tono general de la energía que aún se mantiene
difusa. Paulatinamente, la difusión va desapareciendo y los diversos impulsos
se van traduciendo en energía localizada hasta llegar a la Concentración del paso 8º.
D.- Comienza la carga directa
en el plexo productor y la energía va subiendo rapidamente a través de los
plexos hasta la cúspide. Hay división atencional, llegando a la Segunda Acumulación del paso 9º. Se
sigue cargando, mientras se va soltando la referencia del plexo productor y
queda la atención concentrada en la cúspide. Separación del paso 10º. Se sigue ampliando el límite de tolerancia
hasta que comienzan los registros. Transformación energética del paso 11º
y Proyección energética del paso 12º
E.- Se distribuye la
carga difundiendo tensiones, tonos y
climas.
DISCIPLINA MENTAL
Podemos distinguir varios tipos de meditación. Existe una
meditación natural en la que el pensamiento actúa como reflejo frente a los
estímulos; se trata de la actividad reflexiva de la conciencia. En la
meditación simple la actitud del pensar
va más allá de un reflejo ante algo. La mente profundiza y busca la raíz de
incógnitas o intereses en general. Esta actitud inquisitiva, buceadora, es un
puente a la Disciplina Mental que es el tercer tipo de meditación.
Hay numerosos temas relacionados con la Disciplina Mental
como es el caso de los niveles de conciencia. Aquí, la concepción de la
conciencia es esencialmente dinámica e histórica y la diferenciación en niveles
ilumina a diversas clases de actos según se efectúen en semisueño, durante el
sueño, en vigilia o en conciencia de sí. También los objetos de conciencia toman
características propias del nivel de trabajo de la conciencia. Interesa
señalar esto para no creer que sólo serán impoertantes para la Disciplina los
actos más lúcidos. El proceso del pensamiento, además, va teniendo
correspondencia con el funcionamiento de los centros.
Franja de trabajo.
Determinada la franja de trabajo mental se comienza por la
entrada a la conciencia para bucear en esta y para trascender hacia estructuras
universales.
Relación con la forma mental.
Ésta es descubierta ya en el paso 5º.
Meditación.
La meditación simple es indispensable para despejar el terreno
meditativo haciendo, poco a poco, cesar los ensueños, los conflictos y los
temas ajenos a esa práctica. La Disciplina Mental enfatiza en loa actos de
conciencia y no en objetos de conciencia aunque necesite referirse a estos
continuamente. El meditador se mueve en un clima de certidumbre y duda, de
certezas y ambigüedades hasta dar con el punto experimental verdadero, es decir
que si bien los pasos están claramente expresados, la experiencia de cada uno
es tarea ardua y se realiza probando por una o varias vías hasta dar con
precisión con el significado exacto, surgiendo la certeza y seguridad de la
meditación. Interesa tener en cuenta esto porque es de la naturaleza del pensar
y de la meditación esa duda y certeza alternada.
Trabajos de aproximación.
Se puede hacer ejercicios de aproximación a los pasos sin
confundirlos con los pasos mismos. Para el 1º, atención por distintos sentidos
a un objeto externo. Para el 2º, evidencia de la actividad de cada sentido y
del conjunto de estos en percepción (se observan más los sentidos que los
objetos). Para el 3º, división entre conciencia estructurando y percepción
(eliminado el objeto externo), por ejemplo con un sonido, comprobando cómo lo
organiza la conciencia. Para el 4º, ejercicios en la memoria. Buceo de objetos,
afloramientos de recuerdos en general (primer libro leído, primer recuerdo
familiar, etc).Tenemos aquí en cuenta que la memoria puede ser reciente,
mediata o antigua. Para el 5º, se atiende a un objeto que alguien sustrae
rapidamente del campo perceptual. Se comprueba como el observador queda
"tendido" (en tensión hacia el objeto). Objetos concretos o
abstractos, el hecho es ver la tendencia a buscarlo en el futuro, pasado o
presente. Para el 6º, vaciar la conciencia, despejarla de objetos perceptibles
y representables. Esto evidencia la imposibilidad de lograrlo y por ello la
cadena permanente de actos-objetos y seguidillas de actos. Se experimentan los
pasos 6º y 7º. Para el 8º, se ven ejemplos de cadenas en el mundo y en la
conciencia y se estudia así la relación conciencia - mundo. Se puede observar
en una habitación cómo se encadenan los distintos objetos entre sí: pared con
pared, puerta y cerrojo, etc. Es decir, la cadena consecutiva de objetos.
Mientras se observa esto, se mantiene la copresencia de los actos y objetos, la
seguidilla de actos. Para el 9º, se trata de experimentar ambas actividades (la
externa y la interna) no tanto como simultaneidad, sino como un todo (se trata
de experimentar el movimiento-forma, la estructura conciencia-mundo). Para el
10º, se hace el "vacío dinámico", no sólo realizando el vacío de
objetos, sino también de actos. Por cierto, se desatiende a lo que se ve, oye,
etc. Es decir, se desatiende a la percepción. En este esfuerzo se experimenta "eso-que-no-es-la-nada",
ese complemento del movimiento-forma. Para el 11º, se retoma lo hecho en el 9º
y el 10º. Así aparece la conciencia-mundo (con esos apoyos internos y externos)
como sobrenadando ese vacío (en el 11º, se puede efectuar un ejercicio más
simple: se puede ver el acto dirigido a un objeto externo mientras se evita
todo otro acto de objeto ajeno a los presentes. Para el 12º, el trabajo
consiste en registrar lo anterior como una totalidad que se puede expandir o
reducir infinitamente. En el esfuerzo por expandir esa estructura total (en
donde está el movimiento-forma y su complemento) se experimenta la ampliación o concentración de la
conciencia.
Pasos en la Disciplina Mental.
Primera cuaterna: el
aprendizaje.
1º.- Aprender a ver.
Atención a la percepción depurándola de representaciones, asociaciones, etc.
Sólo la atención más la percepción...
Me quedo solamente con el acto de “ver” . Lo que veo viene acompañado de
otros fenómenos por eso me esfuerzo en ver solamente eliminando otras
operaciones mentales. Veo distinto. Compruebo la acción de los ensueños, de los
recuerdos y de las “búsquedas” sensoriales como interferencias.
2º.- Ver en todas las
cosas los sentidos . En toda cosa que se percibe está la sensación (el dato
de lo sentidos) + la cosa.Ej., la percepción del árbol. Las sensaciones
táctiles, auditivas, visuales, etc., dan resultados distintos sobre el mismo
objeto ya que se tienen solo franjas de
percepción sobre un mismo objeto, lo que encadena todo conocimiento a los
sentidos... Aparece la “distancia” entre
el objeto y yo.
3º.- Ver en los
sentidos la conciencia . En toda percepción se tiene una estructura que no
está en los sentidos sino en la conciencia, p.ej., el "árbol", porque
las distintas sensaciones se organizan en percepción y esta percepción se
organiza en una estructura o ámbito mayor (la conciencia). Se debe distinguir,
dividir la estructura que organiza la conciencia, de las percepciones. Además, se debe realizar la división y no
solamente entenderla... No me llegan
cosas sueltas (formas y colores aislados), sino estructuras p.ej. formas y
profundidades. Observo la actividad de algo que no es el sentido (sino la
conciencia). Lo registro como algo conocido.
4º.- Ver en la
conciencia la memoria . Se observa que en toda percepción están los
sentidos, que la conciencia organiza los datos de los sentidos y finalmente,
que estos datos organizados en la conciencia tienen estructura merced a la
representación o al recuerdo de percepciones anteriores. Así es que la
conciencia organiza y reconoce, gracias a la memoria, a las grabaciones
anteriores. Se efectúa el esfuerzo de hacer desaparecer toda percepción y quedarse solamente con la
conciencia y sus imágenes- representaciones + la atención sobre ello...
Segunda
cuaterna: la determinación.
5º.- Ver en la
memoria la tendencia . Observación de la “forma mental” no como
representación sino como acto que tiende a ligarse a un objeto de
representación. Por tanto, se observa en las representaciones la tendencia. El
esfuerzo muestra la tendencia de la memoria (representaciones) a surgir
completando actos... Todos los fenómenos que se me aparecen
lo hacen en la memoria. La memoria completa los actos que la conciencia lanza.
6º.- Ver en la
tendencia el encadenamiento. Se observa que aún prescindiendo de las
representaciones, el esfuerzo por eliminarlas surge como expectativa, como
instante en el que se logra o no tal estado, como atención dirigida pero
determinada. En suma: a las experiencias, a las resistencias mentales y a los
esfuerzos se los observa como "fuerzas" o "tendencias" a
las que está encadenada la conciencia y sin las cuales parece no poseer
estructura organizada. Este paso muestra que sin la "tendencia" en
general, la conciencia no puede actuar.
Se trata, en suma, de atender a la "mecanicidad" para pensar, atender
al encadenamiento de la conciencia o a la oposición a la
"tendencia"... Trato de frenar
los actos y el funcionamiento. Pretendo “vaciar” pero siempre hay actos y
objetos y movimiento.
7º.- Ver en el
encadenamiento lo permanente. Se observa que no obstante las variaciones de
las expectativas, de las "resistencias", de los instantes de
conciencia, lo permanente es el encadenamiento... No hay otra forma de actividad que no esté
encadenada.
8º.- Ver lo permanente
en uno y todo . Se observa que la diversidad de los fenómenos es aparente y
que todo fenómeno es en sí, encadenamiento.. Vale para la conciencia en sí como
para la cosa en sí y por tanto la
conciencia y las cosas se identifican en sí y no en cuanto fenómeno. Así es que
la identidad es permanente y la diversidad es variable. Uno y todo son
idénticos y permanentes. No existen distinciones entre uno y todo... Me pregunto por lo otro – que- yo (la
intersubjetividad). También el mundo “externo” se me presenta estructurado.
Tercera cuaterna: la
libertad.
9º.- Ver la forma
permanente en acción . Se observa que la forma permanente aparece aún en la
diversidad de los fenómenos, sean subjetivos u objetivos.. La forma permanente
actúa por su propia necesidad... El salto en la secuencia. Ruptura del
solipsismo.
10º.- Ver lo que no
es movimiento – forma . Puede intuírse un ámbito ajeno a la forma y al
movimiento- forma que no surge como la "nada", sino como
"aquello que no es movimiento- forma" es decir, como aquello que se
aprehende como existente en relación con el movimiento aunque sus
características sean diversas a las del objeto tomado como referencia. Este
"no es movimiento- forma", no depende del encadenamiento. Se trata de
la forma permanente en acción.
11º.- Ver lo que es y lo que no es como lo mismo. Se
observa al movimiento – forma y a lo que no es movimiiento- forma como lo que
es.
12º.- Ver en uno y en
todo lo mismo. Se observa que el "mundo" y por consiguiente uno
mismo y cada cosa son en la raíz e independientemente de los fenómenos que se
perciben, lo mismo.
Resumen de los pasos.
Secuencia de 1º a
12º. Visión de ida y vuelta.
Ida:
1º- Se atiende a los objetos externos por distintos sentidos
(ensueño).
2º- Se deja el objeto y se evidencio una
sensación-percepción (identificación).
3º- Se divide entre percepción y organización de la
conciencia, apoyándose o no en la representación (distintas organizaciones dan
distintas ilusiones).
4º- En la memoria se descubren grabaciones y actualizaciones
continuas para reconocer objetos (comprensión).
5º- La intencionalidad, tanto de la conciencia como de la
memoria, es experimentada como "una tendencia" (forma mental).
6º- Mediante la tendencia se estructuran actos con objetos
(determinismos).
7º- Este encadenamiento es permanente (determinismo de la
conciencia).
8º- Este encadenamiento es común a la conciencia y al mundo,
actos con objetos, objetos entre sí (conciencia-mundo, intersubjetividad).
9º- Acto-objeto, conciencia-mundo, es
"movimiento-forma" (ámbito estructural).
10º- Lo que no es acto-objeto es completamente relativo al
acto-objeto.
11º- Acto-objeto y su complemento, son una misma estructura.
12º- Esta misma estructura es válida para todo. Común a
todo, grande o pequeño.
Secuencia de 12º a 1º.
Visión de ida y vuelta.
Vuelta:
12º- La estructura total.
11º- En esta aparecen los ámbitos de lo que es y lo que no
es.
10º- Lo que no es, aparece como un vacío o complemento de lo
que es.
9º- Lo que es aparece como el movimiento-forma,
conciencia-mundo.
8º- El mundo se ve percibido continuamente por la
conciencia. Se relacionan.
7º- Tal relación se hace posible por la permanencia del
encadenamiento.
6º- La relación acto-objeto es una cadena continua e
indisoluble.
5º- La Tendencia de la conciencia hacia objetos es constante
actividad.
4º- La conciencia tiene tres tiempos: pasado, presente y
futuro. Esto gracias a la memoria. De otro modo sería un presente plano sin
recuerdo ni futuro.
3º- La conciencia es en sí una estructura, pero además tiene
capacidad de estructurar, capacidad de organizar de los datos que le llegan.
2º- Los datos son previamente llevados a los sentidos y
entregados a la conciencia como percepción.
1º- Fuera de la conciencia, de su estructura, de su memoria
y de la percepción-sensación está la exterioridad, plagada de objetos y
fenómenos, interesantes de ser atendidos.
DISCIPLINA MORFOLÓGICA.
En la disciplina se trabaja
solamente con representaciones en las que se está incluido. Se trabaja con la
espacialidad de la conciencia, tal espacialidad es la que permite hablar de
continente y de contenido. Transitando por distintas formas, dicha espacialidad
se configura según estas y según el límite (formas que la articulan) será la
acción que sufra dicha espacialidad y los otros contenidos (que son los propios
de esta especialidad). Se actúa entonces según formas que no son alteradas por
los fenómenos de compensación, pues el estímulo evocado de tipo geométrico es
el único que no es compensado por la conciencia del mismo modo que otras
evocaciones, por la identidad que guarda la forma geométrica en su esencia.
Podría darse el caso de que se representara el límite de esta figura haciéndola
transparente. Al proceder así, su espacialidad volvería a ser la espacialidad
propia de la conciencia y no la de la forma límite. De las consecuencias vistas
hasta aquí acerca de la acción de forma de la figura geométrica, consideramos
de mayor interés su capacidad de poder modificar la forma mental (acción de
forma sobre forma). Claro está que la que tiene tal capacidad no es simplemente
la forma representable que tomamos como apoyo, sino aquella que obtenemos por
proceso.
Proceso.
Los testigos (indicadores), son
los que van a dar los tiempos internos y la dinámica propia del proceso. Son los
registros psicofísicos (fenómenos concomitantes a la acción de forma) que
indican el momento de pasaje de una forma a otra. De manera que estando el
operador incluído en la figura, registra la acción de forma de este paso. Los
testigos van haciéndose más claros en las reiteraciones de proceso y en el
cambio de una a otra forma.
Franja de trabajo de la Disciplina Morfológica.
En el espacio de representación puede diferenciarse el
objeto representado de la mirada o el registro desde donde se observa o se
tiene noción del objeto. En la representación visual esto es muy claro pero
corresponde igualmente a todos los sentidos externos e internos.
Diferenciamos los niveles (que admiten la representación en
diferentes alturas y anchos de la pantalla), de las profundidades (que admiten
la representación externalizada a la pantalla, incluída en la pantalla e
incluyendo a la pantalla).
Distinguimos tres tipos de altura o nivel en que se emplazan
las representaciones: baja, media y alta. También distinguimos tres tipos de
profundidad en que se emplazan las representaciones: 1.- representación en pantalla; 2.- integración; 3.- inclusión o coincidencia
de la forma límite con la pantalla externa.
Preparación para Disciplina.
Para una mejor comprensión de la
mecánica del proceso, destacamos conceptos con respecto a las profundidades del
espacio de representación.
Experimentar el caso 1 o de
representación en pantalla: Cerrando los ojos representar un triángulo, ese
triángulo se destaca de un "fondo". Corroborar que esa representación
es externa al propio punto de vista. Al representarla nuevamente, pero ahora
haciendo que se desplace de izquierda a derecha, se advierte que los ojos
siguen el movimiento de la dirección de esa figura, tal cual ocurre cuando se
sigue un objeto con la vista en su desplazamiento. Siendo coincidente el modo
habitual de representar con el modo de representar visualmente el mundo. En
síntesis, lo sustantivo es que el punto de vista es externo a la figura o
"cuerpo" manteniéndose en su mismo plano.
Experimentar el caso 2 o de
integración: Se trata ahora de representar una pirámide de cuatro caras
iguales, seguidamente se trata de hacer mas "interna" esa
representación, ubicándola en el centro de la cabeza y una vez allí ubicada de
modo fijo, hacer envolvente la visión a fin de ver simultáneamente todas sus
caras. De manera que lo que se desplaza o moviliza es el punto de vista
haciendo éste de continente del objeto, quedando la visión de la pirámide
"integrada". Lo sustantivo de todo esto es que el punto de vista no
está ya en el mismo plano de la representación sino que la envuelve.
Experimentar el caso 3 o de inclusión: Si el operador se
coloca ahora en el interior de la misma pirámide haciendo que su punto de vista
se difunda, de manera de poder observar su forma simultáneamente, dotando de
fijeza a la representación que sirve como límite, va a experimentar la acción
de forma de esa pirámide. Lo sustantivo en este caso es que los límites de la
representación coinciden con los límites de la pantalla o "espacio
mental" y el punto de vista queda incluído.
Consecuencias que se derivan de
estas experiencias: se puede apresar la categoría "espacio"; esta
espacialidad de la conciencia puede ser trabajada de distinto modo según sea el
punto de vista; la configuración del "espacio" también configura el
proceso mental.
Distinguidos bien ya esos tres
casos, se vuelve a trabajar con ellos pero ahora usando instrumentos (formas
adecuadas) para educar su manejo. Mirar el círculo, cerrar los ojos y tratar de
visualizarlo. Abrir los ojos y comparar, y así se va educando. Ver dos círculos
entrecruzados, cerrar los ojos y representar el conjunto, abrir los ojos y
comparar. Con respecto a los cuatro círculos entrecruzados se opera del mismo
modo que en el caso anterior. De manera que en un primer momento se trabaja en
"bloque" (por conjuntos). Logrado esto representar nuevamente el
círculo, dotandolo de corporeidad, así se obtiene la esfera. Luego volver a
visualizar el círculo, haciendo ingresar un nuevo círculo por la derecha,
obteniendo en el entrecruzamiento la figura de la mandorla. Ahora, dotar de
corporeidad solo la mandorla y volver a colocarla "en su lugar",
visualizando el conjunto nuevamente como plano (al corporeizar la mandorla no importa
perder la visión de los círculos). Y se prosigue incorporando mentalmente dos
nuevos círculos, que formarán una mandorla, que cruza horizontalmente la
mandorla del anterior conjunto de dos círculos, visualizando ahora un conjunto
de cuatro círculos entrecruzados cuya figura central dada por el
entrecruzamiento de las dos mandorlas se convertirá en cilindro al darle
corporeidad. Volver a visualizar el conjunto obteniendo ahora la pirámide de
cuatro caras iguales de los cuatro triángulos curvados que están alrededor de
la figura central (cilindro). Volver al conjunto y eliminar dos círculos
quedándose con los dos de la mandorla. Eliminar otro círculo y así concluír
esta práctica.
Todo lo anterior ayuda a educar la
secuencia del trabajo. Ubiquémonos ahora en cuanto a apoyos para el trabajo con
el caso 2 o de integración. Seguramente observamos al trabajar con la pirámide
nuestras dificultades que podemos sintetizar en las siguientes: Una hace al
objeto de representación, otra a poder hacer mas interno el espacio de
representación o pantalla, y otra a la difusión de mi punto de vista o
"foco". En cuanto a los objetos, encontramos unos más simples que
otros, el más simple es la esfera. Ahora bien, a esta esfera puedo colorearla
de rojo y negro por mitades. Aquí tengo por lo menos que integrar o visualizar
simultáneamente tres cosas: una cara roja, una negra y una tercera que es roja
y negra. Siguiendo con el cilindro, donde ya lo mínimo se reduce a cinco
perspectivas simultáneas. Luego vendría
la pirámide de cuatro caras y así siguiendo con una de cinco, hasta llegar al
cubo.
En cuanto al apoyo para hacer más
interno ese espacio mental o pantalla nos parece como un buen recurso
aprovechar lo dicho acerca de la tendencia de los ojos. Hagamos lo siguiente:
coloco mi mano enfrentada a mi vista, a la altura de mi pecho, al acercarla
hacia el mentón noto, al cerrar los ojos, que mi pantalla ya no está tan
alejada si mantengo la mano como referencia. Puedo ahora, independientemente de
mi mano, hacer más interna esa pantalla notando que mis ojos se han vuelto
hacia abajo acompañando al movimiento de los párpados, contribuyendo a
relajarlos. Es en este espacio mental hecho más "interno" en el que
voy a configurar mi objeto de representación. Ahora bien, es todavía más
sencillo si hago lo anterior no ya con la mano, sino con el objeto que voy a
integrar. Vamos entonces a la tercera dificultad, que es la de mi foco. ¿Cómo
lo difundo? Veamos esto: lo habitual cuando miro a mi alrededor o bien miro un
objeto es centralizar, concentrar mi foco... notado esto intento ahora mirar a
mi alrededor tratando de distender mi visión. Esto me parece difícil, en
principio, por mi hábito de centralizar, pero con un mínimo de ejercitación
noto los avances. Localizado de modo fijo mi objeto de representación puedo
difundir mi visión haciéndola envolvente al objeto, siendo ahora simultánea la
visión.
En todo lo comentado hasta aquí no
perdemos de vista que es el tercer caso, o de inclusión, el que se trabaja en
la disciplina.
Profundicemos un poco más y
notemos algunas dificultades: Al evocar una figura para incluirme en ella puede
darse el caso de ir tratando de "armarla por partes". Esto me
dificulta todo el trabajo posterior. Un buen recurso es la evocación de la
totalidad de la figura. Sucede que pudiendo estar con la idea o intención de
visualizar sus límites, al cerrar mis ojos empiece por visualizar solo una
parte y trate de seguir componiendo. Es por esto que hablamos de evocar la
totalidad de la figura y entonces ya-estoy-incluído-en-ella por el mismo acto
de evocación total, facilitando así los momentos siguientes que serían: los de
"fijación" y "difusión". Veamos esto de la fijación. En
este momento mi intención se dirige a organizar todas las percepciones en
relación a la forma límite hasta que estas se adecuen al espacio configurado.
Aquí se hace patente el trabajo de representación. En cuanto a la difusión
diremos que es el momento en que obtengo la visión simultánea de la totalidad
de esa forma que me "contiene" (como si hiciera una suerte de
integración al revés). Claro está que estas distinciones en tres momentos de
evocación-fijación-difusión, se realizan como un solo acto que acá analizamos
por separado. Experimentemos esto: tomemos un cono e incluyámonos en él.
Pasados unos instantes habremos experimentado la acción de forma de esta
figura. Llamamos "acción de forma" a ese registro psicofísico que se
experimenta según la forma que se use como continente. En el caso del cono
registro la sensación psicofísica de "succión" hacia el vértice.
Experimentando con otras formas resaltará una correspondencia entre el tipo de
registro y el tipo de forma. Obviamente,
las descripciones de tal registro podrán variar en el modo de expresarlas, pero
no en el sentido en el que se orientan las tensiones, si esto es de otra manera
no estamos en presencia de la acción de forma. Hasta aquí hemos desarrollado lo
dicho en un principio acerca de los tres casos, dándole a cada uno mayor
profundidad a medida que avanzamos. Anotemos entonces algunas cuestiones que
tienen el carácter de observación y que pueden servirnos como referencia en
distintos momentos del proceso. Al experimentar con los tres casos podemos
establecer estas conclusiones: trabajando con igual forma, distinta ubicación,
distinta consecuencia; trabajando con distinta forma, igual ubicación, distinta
consecuencia. Ejemplifiquemos de acuerdo con los datos experimentados que
tenemos: en el caso 1 (observo la esfera "afuera") concentro la
atención; en el caso 2 (observo la esfera "adentro") cargo la
sensación; en el caso 3 (incluído en la esfera) recibo "carga".
Veamos esto con otra forma: En el caso 1 (observo la pirámide
"afuera") disperso atención. En el caso 2 (observo la pirámide
"adentro") disperso la sensación. En el caso 3 (incluido en la pirámide)
"descargo".
Ejercitaciones previas a la
Disciplina: ejercicios con los sentidos externos y los internos (cenestesia y
kinestesia).
1.- Ejercicios preliminares que muestran las dificultades de
integrar simultaneamente un cuerpo (sea una pirámide, un cilindro, un cono,o un
cubo), si se lo mira desde afuera. Esto tiene, además, otras consecuencias y
permite comprender algunas características del espacio de representación si lo
representado está ”adentro de la cabeza”.
2.- Descripciones de los registros de las líneas de tensión,
o de las líneas de fuerza. Se puede perfeccionar esto utilizando el recurso de
colorear los objetos distinguiendo ángulos o caras si fuera el caso, para luego
hacer desaparecer el color (que de todos modos seguirá existiendo aunque sea
como traslúcido, más opaco, o más brillante que el resto). Bien sabemos que
extensión y color son contenidos de representación no-independientes.
3.- “Conversión de
imágenes” desde un sentido a otro y aún de un mismo sentido en otro nivel de
representación. Comenzando por elementos simples se irán haciendo
“agregaciones” hasta obtener estructuras nuevas. También, esas estructuras se
irán abstrayendo casi hasta la nada de expresiones, forzando la entrada a un
“mundo” de significados.
4.- Ejercicios con las formas geométricas y los tres puntos
de vista. (Esto es, observo la forma “afuera” de mi , “adentro” y por último me
incluyo en ella). Voy educando la mirada circular con ayuda de los colores.
5.- Ejercicios con algunos sentidos externos e internos: El
oído interno puede tener como el ojo las ampliaciones y limitaciones de la
forma que actúe (p.ej. al flotar adentro de una esfera entonando un sonido).
Tiene, además, características propias (caja torácica y boca que operan como un
amplificador frontal que favorece la imagen de la esfera hacia delante y la
limita hacia atrás, hacia la “espalda”). El sonido en una “pirámide”
sugiere la idea de escala y el sonido conecta los “altos” y los “bajos” desde
la cúspide al piso. Los trabajos sobre el oído y el tacto en sus distintas
variantes de tacto externo e interno, enseñan sobre posturas morfológicas
posibles. Esos trabajos son relacionantes respecto a funciones o sentidos.
La entrada.
Como se trata de un ejercicio de Exploración no faltan las
conversiones alegóricas y el tratamiento de paisajes y seres en la tónica de
las Experiencias Guiadas. No obstante, es del todo rescatable la forma de
producir la Entrada subiendo escalones y pasando por un arco en el que destacan
las columnas y el dintel de piedra. Así se transita hasta el espacio blanco que
fuga en todas las direcciones infinitamente. Se tiene la sensación de “ir hacia
el mundo de las formas” y se comienza una tarea constructiva limitando y
curvando el piso en forma semicircular en derredor. Se sigue una suerte de
método: primero curvando frontalmente, luego a los lados y, finalmente, atrás. Entonces, del espacio
vacío infinito se ha comenzado a recortar, a limitar espacios, llegando a un
envolvimiento semiesférico que sigue progresando cuando también se curva el
“piso” y todo queda incluído en una esfera en la que “floto”. Desde la Entrada
a la inclusión en la esfera se debe trabajar en continuidad, en dinámica y no
pasando “fotos” terminadas de forma en forma. Desde observar “afuera” y ser
sostenido por el “piso” se pasa a estar incluído, lo que marca un interesante cambio de posición, de
perspectiva y, en suma, de registro frente a las formas. Se debe perfeccionar
esto hasta obtener una Entrada fija y “sagrada” (en el sentido que marque la
diferencia con los espacios cotidianos y con los registros cotidianos).
Pasos
en la Disciplina Morfológica.
Primera cuaterna: espacio interno.
1º.- Entrada. Configuración. Espacio. Inclusión en la forma.
Las paredes internas de la esfera. Distancia de la forma al centro del
registro. Destacar tres momentos diferentes: el umbral, el espacio que fuga y
la esfera. Hasta ahora el trabajo es “constructivo”, poco a poco se irá
haciendo flúido.
2º.-
Concentración. Reducción
al punto mínimo de extensión- color. Es deseable que la reducción se produzca
sin interrupciones. Lo válido es registrar el punto: “el universo cabe en ese
punto”, porque acto y objeto se identifican allí pero como, además, se está
moldeando el espacio de representación, se
arrastrará a todas las actividades mentales y de registro. Debe quedar
el punto mínimo posible al que corresponderá el registro mínimo posible en un
instante en el que se pierde la noción del transcurrir. Este “punto
adimensional de máxima compresión” se manifiesta, unicamente, si se da ese
esfuerzo concentrativo en el que el
punto desaparece (y por ende) desaparece todo espacio, todo tiempo y toda
representación. En este paso no se pretende llegar allí, pero se comenta que al
mantener la atención se puede entrar en un “espacio” de otro nivel y sin
representaciones lo cual otorga una experiencia posible de desenvolver por
recuerdo (deformado) ya que no es posible grabar una no representación (visual)
y la ausencia de todo espacio de representación.
3º.- Ampliación. Separación de la mirada del propio registro. Observar
que mientras el paso 2º es fuertemente concentrativo, el 3º es su
opuesto en una especie de péndulo sin
corte alguno, como corresponderá a un proceso, pero por ahora se sigue
“construyendo”
4º.- Tránsito. A través de los cinco sólidos. Salida a la
esfera. Los registros que van acompañando a las transformaciones de los
“cuerpos” en cuanto a tensiones, simetrías y
pesos, van mostrando que se puede alcanzar el espacio de representación,
“masajearlo” y con el tiempo, modificarlo.
Segunda cuaterna: vacío interno.
5º.- Difusión. Desde el registro general difuso de la esfera en su
interioridad hasta el registro en los límites creando el vacío central. Esto
ocurre cuando se refuerzan los límites internos
6º.- Verticalidad. El reforzamiento de los límites opuestos en lo
cócavo, desde el “cuenco” a la “bóveda”. La separación vertical como “mandorla”
: lo alto y lo bajo en el espacio de
representación. Reforzados los
“cascos” cóncavos (en sus completas circularidades), desaparecen los límites
anteriores que permitían la esfericidad. Los cascos se presentan separados
generando un vacío en los anteriores límites que tiende a “llenarse” por
memoria, por copresencia del trabajo en el interior de la esfera. Al evitar que
a partir de los cascos se reconstruya la esfericidad, se genera y se experimenta un vacío dinámico
constante entre los dos “cascos”
7º.- Horizontalidad. El reforzamiento de los límites opuesto en las
tensiones horizontales: lo ancho y lo profundo.
8º.- Anulación. El vacío central en las distintas dimensiones y la
desaparición del instante. Oscilación entre el vacío espacio- temporal y el
recuerdo del vacío espacio- temporal. En este paso 8º se llega al ªvacío
central" pero con una mecánica diferente a la del paso 2º que no implica
la compresión sino el reforzamiento de los límites. En este paso se vuelve
a configurar los límites internos de la
esfera , difundiendo la atención hacia las paredes internas con tensión centrífuga hacia toda la superficie
interna de la esfera lo que lleva forzosamente al vacío central, producido por
el refuerzo de la exterioridad o materialidad de las paredes esféricas
(presentes o copresentes ya que podrían haber desaparecido como representación
pero seguirían actuando como límites no obstante su dilución). Si se han
eliminado los datos materiales de la representación, de todas maneras la
atención está puesta en los límites internos que se evanecen quedando estos
copresentes pero no representados como imagen visual. Entonces, es posible
producir el vacío central apuntando con fuerza a las paredes internas de la
esfera aunque esta pierda "materialidad", aunque se diluyan los
límites también como representación, porque allí están copresentemente
atrapando la atención que va hacia ellos centrífugamente. En el vacío central,
se está presentando el "vacío del vacío" porque este
"opera" sin copresencias de lo central, mientras que las paredes
esféricas (aunque ya hayan desaprecido en su "materialidad") están
copresentes y a ellas se refiere la atención.
Tercera cuaterna: comunicación de espacios.
9º.- Surgimiento. El plano y el cuerpo desplazándose en espacios
mutuamente envolventes. La entrada y salida de lo cóncavo a lo convexo. Las
distintas formas sensoriales y su convergencia en el espacio de representación.
En el vacío se hace surgir el registro de lo “central” que puede asociarse al
punto luminoso. Se expande el registro y la noción de las paredes de la esfera
hasta estabilizarlos de un modo permanente. Tomando el registro vertical se
comienza a subir el “piso” y simultáneamente a abrir la esfera deformada hasta
que se convierte en el plano blanco que fuga infinitamente en todas las
direcciones. El registro se “apoya”
sutilmente (como representación kinestésica) sobre el plano. El plano se
deprime hasta convertirse en un espacio cóncavo cada vez más profundo. Una vez
estabilizado, se deja en libertad a los registros de situación. Posteriormente,
se va ascendiendo hasta llegar al nivel del plano y se lo sobrepasa en una
prominencia convexa, cada vez más “alta”. Una vez estabilizado se deja en libertad a los
registros de situación. Aunque en la concavidad y la convexidad los fenómenos
sean igualmente externos al plano, los registros y representaciones se
corresponden con la interioridad y la exterioridad del espacio interno. Las
distintas formas sensoriales convergen transformadas en la concavidad del
especio de representación; las distintas formas efectoras actúan transformadas
desde la convexidad del espacio de representación.
10º.- La forma de la representación personal. La vida en el espacio
de representación y el espacio de representación en la vida. Dado el plano
horizontal, las representaciones evidencian un límite. Elaboración de la forma
incluyente de las representaciones y el límite.
11º.- La forma pura. El tiempo sin límite. El espacio sin límite.
Los significados no representables. Entrada a lo Profundo. Dada la forma incluyente de la representación y el límite, reconozco
una “distancia” espacial que es la perspectiva desde la cual observo la
representación y el límite porque si me atengo a la representación y luego al
límite ( o a la inversa), hay siempre una perspectiva que compara la retención
de la representación con el límite (y a la inversa) resultando la ilusión que
la perspectiva es parte de esa representación o ese límite. Por tanto,
reconozco una perspectiva que actúa copresentemente. Para sostener esa
“perspectiva” sin observarla desde otro punto ( de manera que no se convierta
en un nuevo objeto de un nuevo acto), aíslo las percepciones y las
representaciones llegando al “silencio” de los sentidos externos e internos y
al “silencio” de toda representación (actual, pretérita o imaginaria a futuro).
Procedo en silencio a obscurecer todo impulso quedando simplemente el registro
cenestésico que profundizo hacia “atrás”, hasta el instante en que se detiene
toda representación espacial y temporal. He entrado en “lo Profundo”.
12º.- Proyección de la forma pura. Inmediatamente los impulsos me
colocan en el “mundo” ya que no puedo mantener el estar en “lo profundo” si mi
atención no está abocada a ese esfuerzo. Verifico la paradoja de mantener la
suspensión de impulsos (cosa que me expulsa de “lo profundo”) o, inversamente,
la anulación de la suspensión (que también me expulsa de “lo profundo”). Si en
algun instante he logrado la suspensión de impulsos y ejercitando esa práctica
he dilatado la suspensión, es porque he eludido la presencia de la atención
confundida con el “yo”. Por tanto, si reconozco la intención de mantener la
suspensión como operación central sin que me expulse desde “lo profundo”, es
porque dicha intención actúa copresentemente como Propósito que proyecto o
introyecto. La forma pura es excluyente del “yo” y del “mundo” y solo tengo
posteriores traducciones de sus significados.
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